mercoledì 17 febbraio 2016

Antojos

Este post fue escrito el miércoles 17 de Febrero de 2016 en el Aeropuerto del Prat de Llobregat, en el vuelo Barcelona-Roma Fiumicino, en el tren Fiumicino-Roma Tuscolana, en el tren Roma Termini-Frosinone y en Ceccano.

Esta mañana me desperté muy temprano para coger un vuelo hacia Roma. Me voy a casa de mis gurasoak1 para hacer una gestión de agua de lluvia en una tierra que compraron y luego plantar árboles y arbustos. Además de estar con ellas, claro. Como solo mi madre sabe que voy, ¡va a ser muy bonito!
Esta mañana mientras viajaba hacia el aeropuerto del Prat de Llobregat (Barcelona) dos cosas completamente no relacionadas pasaron. Dos cosas que conecté y que me dieron mucho por pensar.
Como escribí en mi post anterior, una de las cosas que estoy leyendo en este momento es A Room of One's Own de Virginia Woolf. Es un ensayo no muy fácil de leer y que está lleno de ideas muy interesante sobre la relación de las mujeres con la producción artística y la sociedad. Una sociedad hecha por y para hombres. Esta mañana leí una página muy buena que se puede leer en el original inglés aquí o en la traducción española aquí.
Los hombres necesitan a las mujeres para poder ser aquellos hombres que la sociedad creada por ellos mismos les dice que son. Un espejo para su ego, como lo pone Woolf.


Justo después de leer estas ideas en el metro 3 entre Canyelles y Espanya, al subir una de las escaleras móviles vi una publicidad que me chocó. Un cartel muy grande decía “No es que tengas muchas cosas, es que tienes poco espacio”. 

Me pareció una idea fementida, maliciosa, deshonesta, hipócrita, engañosa y al fin y al cabo incluso espantosa y me volvió a la cabeza una canción.
Anteayer, durante uno de los muchos momentos que compartí con M.R.H. en los últimos días, M.R.H. me dijo que había leído uno de mis viejos posts y que desde entonces no podía parar de escuchar Society de Eddie Vedder. Ayer volví a escucharla (en una versión hecha por el mismo Vedder y Johnny Depp) y a tocarla yo también. Lo que se dice en la canción de forma crítica (“when you have more than you think you need more space” - cuando tienes más de lo que piensas necesitas más espacio) es lo que el cartel en el metro dice de una forma directa y falsamente inocente. Ese cartel tan simple es un altar al consumismo más inútil y descabezado: “piensas que quizás tienes demasiadas cosas? Qué no, que no son demasiadas, y si ya no sabes donde acumularlas, alquila un trastero, así que podrás seguir comprando lo que más te hace feliz y si el primer trastero se llenará rápido podrás alquilar otro trastero, que al final no cuesta mucho”. Este tipo de razonamiento me venía claro en la cabeza.

Siguiendo el laberinto de la parada de metro de plaza de España me di cuenta que
había otro cartel igual al lado de otra escalera móvil. Y quien sabe cuantos más habrá en toda la ciudad. Esta segunda vez, de todas formas, me pasé rápido al lado del cartel, mientras que la primera vez había vuelto a bajar las escaleras un par de veces para sacar fotos porque alguien dijo que tienes que conocer a tus enemigos mejor que a tus amigos. A pesar de esto, otro detalle se me hizo claro en la cabeza. En el cartel no hay solo una frase, sino que también una fotografía y en la foto se ven las cosas que quizás quieras poner en tu nuevo trastero que vas a alquilar. Y estas cosas son zapatos. Zapatos de mujer. Aquí llega la conexión. Tú, mujer, puedes querer tener siempre más cosas, siendo los zapatos algo que se relaciona normalmente con "el antojo todo femenino” de poseer objetos. Y tú, hombre, que eres más racional y entiendes que no se puede seguir acumulando cosas en tan poco espacio, sabes que puedes hacer feliz a tu mujer regalándole espacio para amontonar sus zapatos y en general todas las cosas que la hacen feliz. Una publicidad que puede hacer enfadar por su llamada al consumismo más vacío esconde otro mensaje incluso más feo, estereotipado, sexista y que puede pasar desapercibido por su aberrante “normalidad”: los hombres tienen que cuidar de sus mujeres para que ellas reflejen la supuesta superioridad masculina. Porque lo masculino no necesita de objetos para ser percibido como superior. O quizás el mensaje sea que las mismas mujeres ya no tengan que esperar a que un hombre las haga felices, sino que puedan permitirse alquilar su propio trastero donde guardar sus propios zapatos —su propia felicidad― comprados con su propio dinero. Porque ahora las mujeres son libres e iguales a los hombres, en una sociedad donde el feminismo es percibido casi como una palabrota de qué alejarse lo más rápido posible. ¿Verdad?

1 Siempre he odiado el término castellano 'padres'. En italiano existe el término de género neutro 'genitori' que indica la madre y el padre, las madres, los padres y todas las otras opciones. No me parece posible usar este término en castellano, también por diferencias en la pronunciación de 'ge' que en italiano es pronunciado '' y en castellano 'x'. Decidí usar el término de género neutro vasco 'gurasoak' para indicar madre y padre, también porque el uso de términos de orígen vasca se ha dado en castellano en pasado. Ver por ejemplo el uso de 'izquierda/o'.

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