martedì 14 marzo 2017

De estructuras emocionales y sociales: la tribu

Racionalizando el sentido común
Hay ciertas ideas, ciertos entendimientos que cuando te llegan te das cuenta de que siempre las habías pensado; que siempre habías organizado el mundo de esa forma. Que para ti era sentido común, pero que no las habías racionalizado nunca, que no sabías o no te habías dado cuenta de que algo así existiera fuera de tu mente.
A mi esto me pasó con la permacultura el 15 Octubre de 2009 en un Meetup en Vancouver, Canadá: al escuchar personas que hablaban de esta forma de entender el mundo dije: “Claro! Yo siempre lo he pensado así!”. Y volvió a pasarme el 20 de Junio de 2012, cuando durante la presentación del ensayo Queer-emos un mundo novo de Teresa Moure (una aplicación de la Teoría Queer a la lingüística gallega), me di cuenta que siempre había sido feminista. Había tenido otros contactos con el feminismo incluso antes pero aquel fue un despertar repentino, la cognición de que hay un concepto exacto para definir ideas que siempre has tenido. O también cuando un día de Mayo o Junio de 2013 encima de lo que se habría transformado en un techo verde en Can Valldaura, en medio de varias reflexiones filosóficas A. C. te dice “Lo normal es lo que sigue una norma” . Y a ti que siempre te ha dado miedo la normalidad el cerebro te hace ‘click’ otra vez: “claro”!
Ahora una sensación parecida te va llegando a través de la reflexión, pero no se trata de una nueva idea, de un pensamiento virgen que te ha llegado de repente, sino otra vez de un concepto que había estado allí atrapado durante mucho tiempo y que por primera vez pasa de la mente inconsciente al pensamiento consciente a la boca que forma palabras que cobran vida gracias a la voz. De hecho el concepto se clarificó durante bonitos intercambios con compañeras y amigas y amigamantes. No en orden I. W., A. C., M. D., J. M., A. K., L.G.y sus compañeros.

El concepto de familia no encaja con mi manera de ver el mundo. El concepto de tribu sí lo hace.

La familia
La familia normal, compuesta de padre, madre e hijo(s) es la en que yo y la gran mayoría de personas con quien interactúo hemos crecido. Ya solo el orden en que, de forma automática, normal, he escrito los componentes de la familia va exactamente en la dirección de mi discurso.
La familia normal está directamente conectada a la propiedad privada. La propiedad privada está directamente conectada al patriarcado. El patriarcado está directamente conectado con la cosmogonía creada por la gran religión monoteísta EurAsiAfricana.
Yo, el Padre, genero Mi Hijo que tendrá Mi apellido y heredará todas Mis posesiones. Y lo generaré gracias a Mi mujer (que es Mía, Mía y solo Mía) que por supuesto querré Virgen.
Dejando de lado esta flipada bíblica y volviendo a la vida real, si observas una familia normal de hoy en día lo que ves son dos personas que trabajan para darle una buena vida a sus hijis. Trabajan mucho porque quieren dar a sus hijis la vida mejor posible. Muy a menudo la vida mejor posible es la en que lis hijis puedan tener cualquier tontería la sociedad les diga ser fundamental para ser felices. Entonces como los progenitores les quieren dar a lis hijis lo mejor que se pueda, tienen que trabajar mucho y esto hace que no tengan tiempo para estar con sus hijis. Y que muchas veces otra persona (pagada) se ocupe de lis hijis durante parte del día.
Además, los progenitores tienen que repartirse el cuidado de lis hijis por aquella parte del día en que sí están con ellis, y esto junto a la gran cantidad de trabajo que tienen hace que no tengan tiempo para tener una vida privada, sobre todo cuando lis hijis son más pequeñis. Esto cuando los progenitores viven juntos. En caso estén separados/divorciados, algo siempre más común, las cosas se hacen a menudo más complicadas y frustrantes.
Yendo incluso más allá: ¿Quién les garantiza a lis niñis que sus progenitores les darán lo mejor posible? Al fin y al cabo son solo dos personas que nunca han sido progenitores antes. O si lis hijis tienen “suerte”, sus progenitores ya tendrán experiencia con su(s) hermani(s) mayores, pero la sabiduría de dos personas sigue siendo muy pequeña si comparada con la de miles de millones de personas.

La tribu y una historia
En Norte America, así como en gran parte del mundo, la estructura social más común era la
tribu y sigue siéndolo en parte del mundo de hoy en día. Según una definición (2) encontrada en el diccionario de la Real Academia Española una tribu es un “Grupo social primitivo de un mismo origen, real o supuesto, cuyos miembros suelen tener en común usos y costumbres.
Tengo un recuerdo bastante claro de haber leído por algún lado que los Nativos Americanos, o por lo menos algunas tribus, no sabían como nacen lis niñis. O sea que no relacionaban el acto sexual, entre los miles de actos que se cumplen todos los días, con el hecho de que las mujeres quedaran embarazadas. Mater semper certa est pater numquam, decían los Romanos. La madre es siempre cierta, el padre nunca.
Una mujer se quedaba preñada, daba a luz un bebé y la tribu cuidaba de ello.
La idea de una familia diferente, en que hay muchos progenitores de soporte a los progenitores biológicos es la que sugiere también Aldous Huxley en su fantástica utopía The Island (La Isla)



La comunidad
En una charla con J. M. y M. D., una de las en que afiné el concepto que es el foco de esta entrada del blog, se hablaba del funcionamiento de una comunidad. Aunque una comunidad sea lo más parecido a una tribu en la sociedad contemporánea occidental, lo que muchas veces pasa es que lis hijis son hijis de los progenitores y estos tienen la responsabilidad de sus hijis. Si bien es más fácil encontrar un canguro dentro de la comunidad, son los progenitores quienes se ocupan de la educación y se hacen cargo de las necesidades de sus hijis, ni más ni menos que en una familia normal.

Y si…
Y si viviéramos en una tribu y no en una familia? Si nuestras relaciones sociales no estuvieran basadas en quien es hiji de quien con quien, sino en el amor y el cariño que podemos tener hacia muchas, muchas personas. (“Quieres más a la mamá o al papá?”).
Y si amáramos a cada persona con un amor igual de bonito, con todos los posibles matices y dentro de la infinidad de peculiaridades que hay dentro de cada uni de nosotris. Porque al fin y al cabo todas las personas somos iguales, no?!
Y si tuviéramos relaciones más fluidas, diferentes de la pareja monógama? En The Ethical Slut de Dossie Easton y Janet Hardy se habla de estas otras relaciones como se puede ver en este post de mi blog (en inglés) o en esta traducción al castellano. Se trata de la parte final del libro: muy asombrosa!
Y si en una tribu, con reglas claras y sencillas, cada persona tuviera la responsabilidad de lis hijis de la tribu, si no hubiera necesidad de lazos legales, si nos enamoráramos y desenamoráramos y reenamoráramos y amáramos y punto? Como decía L. G. “no todas las mujeres estamos hechas para tener hijos” y no todos los hombres tampoco, añado yo, pero todis, incondicionalmente, estamos hechis para amar.
Y si en una tribu se compartiera de verdad la economía?
La tribu es resiliente, la familia es coja: una silla de dos patas no se mantiene recta, una de tres ya sí. Una familia monoparental es incluso más coja.


Esto no quiere decir que no haya felicidad en las familias de cualquier tipo y yo agradezco infinitamente a la mía por todo lo que es para mi, pero ¿por qué hacerse la vida difícil? ¿Por qué no concebir que quizás un grupo de 2 apenas es un grupo y es mucho más frágil de uno de 3 o 4, o 7? ¿Qué miedo tenemos?


PS A.C. me ha pasado este interesante artículo que se relaciona muy bien con lo que escribí. Aquí los conceptos que me parecieron más interesantes.
PPS en otro intercambio aclaratorio con A.C. en relación a esta entrada del blog y del artículo anterior, escribí: "jo sento molt clarament la necessitat de cuidar i ésser cuidat i això no passa només per la parella monògama". 
Y esto es lo que hay :-)